Economía circular sin romanticismo: lo que sí funciona en empresas colombianas

La economía circular no es una utopía. En Colombia hay ejemplos reales de empresas que aplican principios circulares con impacto. Te contamos cuáles funcionan.

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Jaime Andrés Betancur - Director Ejecutivo - Ekora

6/26/20253 min read

Economía circular sin romanticismo: lo que sí funciona en empresas colombianas

Pocas ideas han generado tanto entusiasmo reciente en sostenibilidad como la economía circular. Se habla de productos infinitamente reutilizables, materiales que “nunca se desperdician” y modelos de negocio completamente regenerativos. Sin embargo, en la práctica, muchas de estas promesas se topan con barreras técnicas, logísticas y económicas que hacen que la circularidad total siga siendo más una aspiración que una realidad.

En Ekora no creemos en soluciones mágicas. Pero sí hemos identificado casos concretos en Colombia donde los principios de la economía circular se están aplicando con sentido, coherencia y resultados. Y aunque no son perfectos ni totales, ofrecen un camino viable para empresas que quieren ir más allá del discurso.

1. Reutilización de materiales en cadenas productivas locales

Empresas de sectores como la construcción, la moda o el agro han comenzado a implementar sistemas de aprovechamiento de residuos propios o de aliados cercanos. Un caso claro son las ladrilleras que incorporan cenizas o lodos industriales como parte de su mezcla, reduciendo tanto consumo de materia prima virgen como la disposición final de residuos.

La clave aquí ha sido la colaboración territorial. En lugar de buscar insumos en mercados lejanos, muchas organizaciones han comenzado a mirar a su alrededor para identificar flujos de materiales potencialmente valiosos.

2. Sistemas de retorno funcionales (y rentables)

Algunas empresas de alimentos y bebidas envasados han logrado lo que parecía imposible: recuperar envases en puntos de venta, limpiarlos, y volverlos a usar. No por presión normativa, sino porque descubrieron que, bien diseñado, el sistema de retorno puede ser más económico que producir nuevo envase cada vez.

Esto ha funcionado mejor en territorios donde hay una cultura del cuidado del envase o donde se ha invertido en educación al consumidor y logística inversa. La economía circular exige rediseñar la relación con el usuario final.

3. Rediseño de productos con enfoque de fin de vida

Otro avance real está ocurriendo en empresas que han comenzado a diseñar sus productos pensando en su segunda vida. Evitan mezclas de materiales imposibles de separar, eligen empaques desmontables y priorizan componentes que puedan ser fácilmente reutilizados o reparados.

Esto no solo facilita el reciclaje, sino que extiende la vida útil de los productos, reduce reclamos posventa y genera fidelidad. El rediseño es más eficaz que el reciclaje tardío.

4. Economía circular aplicada a la ruralidad

En zonas rurales, la circularidad ocurre muchas veces sin llamarse así. Proyectos de bioeconomía, compostaje comunitario, producción de abonos orgánicos o aprovechamiento de residuos agrícolas son ejemplos claros de economía circular con lógica campesina.

El reto en estos casos no es “enseñar circularidad”, sino fortalecer capacidades y redes ya existentes. En Ekora creemos que parte del futuro está en volver a mirar lo que ya se hacía bien, y dotarlo de sostenibilidad técnica y apoyo institucional.

5. Más datos, menos promesas

Un patrón común en los casos exitosos: hay medición. Las empresas que están avanzando no lo hacen desde la intuición ni la tendencia, sino con indicadores claros. Cuánto material se evita, cuánta energía se ahorra, qué porcentaje de recuperación se logra. Y cuando algo no funciona, se ajusta.

La economía circular no debe ser una narrativa esperanzadora, sino una estrategia de diseño, producción y consumo basada en datos y realidades.

Circular, sí. Idealista, no.

En Ekora apostamos por una economía circular aplicada con criterio: realista, contextualizada, progresiva. Que parte del diagnóstico, no del deseo. Que prioriza impactos reales, no etiquetas vistosas. Y que entiende que no se trata de cerrar ciclos perfectos, sino de reducir al máximo la extracción, el desperdicio y la pérdida de valor.

La buena noticia es que ya hay empresas colombianas demostrándolo. Y lo están haciendo desde lo posible, no desde la perfección.

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Sobre Ekora

Ekora es una consultora ambiental enfocada en diseñar estrategias sostenibles con impacto real. Acompañamos a empresas y territorios en la transición hacia modelos de producción y consumo responsables, basados en datos, contexto y coherencia.